martes, 13 de noviembre de 2007

Progreso

EI progreso de la Escuela Industrial ha sido tan acelerado que, puede decirse, la llevó a alcanzar la mayoría de edad sin el estadío intermedio de ensayo y aprendizaje. En un lustro logró conseguir el terreno apropiado para su instalación: por Ley del 23 de diciembre de 1914, la provincia de Buenos Aires hizo donación de la fracción de tierra, con lo en ella edificado, comprendido entre las calles 1, 115, 57 Y 58. Tratábase de lo que fuera ocupado por el Regimiento 6 de Infantería, cuya herencia eran dos galpones que habían servido de "cua­dras" y unas pocas habitaciones que ocuparan las oficinas y la oficialidad en servicio. Se tomó. posesión del mismo en febrero de 1917 por gestio­nes hechas por el Ingeniero Sagastume, sin que el gobierno donante le diera posesión, sino por abandono que hizo el Ministerio de Guerra, que lo ocu­paba.
El local inicial de la calle 53 fue dejado en 1919. El traslado urgente a tan precarias instalaciones, realizado el 1° de julio de ese año, se debió a la obligación de ejercitar la posesión real, para no perder los derechos de propie­dad. Se dividieron las antiguas "cua­dras" para aulas, se construyeron nuevos "galpones" para talleres, que sirvieron hasta comienzos de la década, del 40, y se reiniciaron regularmente las clases el 20 de julio de 1919.
A poco de instalarse la escuela en su actual ubicación, la Dirección debió realizar innumerables gestiones ante el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires para lograr la construc­ción de una pared divisoria para separar a los alumnos de los internados en el penal que funcionaba en los cuartelesue hoy ocupa la Policía de la Provincia de Buenos Aires, pues esos internados compartían, durante los recreos, los juegos de los alumnos.
La escuela siguió creciendo bajo la tutela y el empeño del Ingeniero Sagastume, y después de largos y tra­bajosos trámites ante la Dirección de Arquitectura de la Nación, el 31 de Agosto de 1927 se colocó la piedra fundamental del actual edificio, la que se encuentra en el subsuelo de la actual Sala de Docentes.
Las obras se comenzaron de inme­diato, pero por diversas causas se paralizaron en 1932.
El forjador de esta gran empresa falleció el 25 de julio de 1933, y lo sucedió el Ingeniero Antonio Médici quien en su fugaz paso por la escuela (falleció el 9 de octubre de 1935), siguió los pasos del fundador, y con avasallante empeño logró que se rei­niciara la construcción en 1934, hasta su terminación definitiva en 1949.
Hablan pasado por la Dirección el ingeniero Víctor Joaquín Quintana, el Profesor Carlos Gómez Iparraguirre, y en ese momento regla sus destinos el Ingeniero Ángel Rodolfo Argenti.
Hoy es uno de los más importantes de los establecimientos educacionales, no solo de La Plata, sino del país.
El 23 de octubre de 1956 le fue da­do a la escuela el nombre de Albert Thomás, el socialista llegado a Ministro de Municiones de Francia a raíz de la guerra de 1914. Thomás organizó la producción para la defensa de su país, hasta llevarla al éxito en esa tarea, lo que le valió el título de "Sal­vador de Francia". Organizó el trabajo, tanto de mujeres como de hombres, al punto de conseguir librar a su país de miseria y desocupación, transfor­mando talleres que resultaban inútiles, en fábricas altamente productivas. Pa­sada la contienda mundial siguió es­tudiando, organizando y dirigiendo la Oficina Nacional del Trabajo de su patria, la que fue base de la actual Oficina Internacional del Trabajo, or­ganismo de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra. La imposición de su nombre fue un homenaje al primer director de esa oficina por su interés en el bienestar de los trabajadores, y en particular por sus desvelos en be­neficio de la educación de la juventud.
Desde la fecha de su fundación hasta el presente, tanto sus directivos como el resto del personal han demos­trado siempre una gran preocupación por las funciones encomendadas, pres­tando al máximo su colaboración para el mejor logro de los comunes in­tereses en beneficio de la educación técnica de la Juventud argentina.
Su personal docente ha sido y es de singular jerarquía
Sus egresados se destacan en todos los ámbitos en que les ha tocado ac­tuar: desde las más altas funciones de gobierno, hasta la dirección o supervisión en importantes industrias. No es muy aventurado decir que tal vez no exista obra de envergadura en cual­quier punto del país que no cuente en sU plantel con un técnico egresado de la escuela.
Todo esto mantiene bien alto el ya tradicional y envidiable nombre de la ESCUELA NACIONAL DE EDU­CACION TECNICA N° 1 "ALBERT THOMAS" de la ciudad de La Plata.

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